13 de octubre de 2013

El único Dios verdadero



Aunque he nacido en pleno concilio vaticano II doy  gracias a Dios que El me ha conservado y mantenido en la Fe, si no pensaría como lo hacen muchos  ahora, que poco a poco como por ósmosis, nos han ido diluyendo la Fe hasta ser capaces de ir contra la Fe que nos ha dejado Nuestro Señor Jesucristo por sus apóstoles. Todo tiene una explicación muy sencilla y es que el mundo cambia, todos somos hermanos, hay que respetar y dejar creer a los demás, aunque estén en el error y un sinfín de retahílas que sólo nos harán llegar a apostatar de la verdadera Fe. 
Tesalonicenses 2:4 dice: “Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones”.
Entonces no hay por que extrañarse con tales afirmaciones???  como que
 "El Dios de los Judíos y de los musulmanes es el mismo Dios de los católicos, esto ya quedó dicho y sentenciado en la Declaración del Vaticano II, Nostra Aetate (#4):
“Y, si bien la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, no se ha de señalar a los judíos como reprobados de Dios ni malditos, como si esto se dedujera de las Sagradas Escrituras
Cristo dice a los judíos:
 «Si fuerais hijos de Abraham obraríais como él.; pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso. Pero ustedes obran como su padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios ».
«Jesús prosiguió:
 «Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de Él. No he venido por mí mismo, sino que Él me envió…vosotros  tenéis por padre al demonio y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Desde el comienzo él fue homicida y no tiene nada que ver con la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla conforme a lo que es, porque es mentiroso y padre de la mentira”. (S. Juan 8 39, ss).

“¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Mesías? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo”. (1 Juan 2:22)

“..los judíos, los cuales no contentos con matar al Señor Jesús y a los profetas, también a nosotros nos persiguieron: que no agradan a Dios y son contrarios a todos los hombres … obstinados siempre en colmar la medida de sus pecados pero está para descargar sobre ellos la ira hasta el colmo”. (I Tesalonicenses 2:14-16)

“vosotros no me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre” (S. Juan 8, 19).
 “No tendrás otro Dios más que a Mí”. “Quien quiera niega al Hijo tampoco tiene al Padre”, dice San Juan en su Epístola. Los judíos niegan al Hijo, por lo tanto no tienen al Padre, no tienen a Dios.

 Gálatas 3, 29: Y si sois de Cristo, luego sois descendientes de Abraham, herederos según la promesa”.
 Los Patriarcas y Profetas creyeron en el verdadero Dios que comenzó a revelarse en el Antiguo Testamento y llegó a su plenitud en el Nuevo Testamento. Con esa fe sobrenatural acogieron en el tiempo de la promesa el mismo objeto material de la fe que nosotros los católicos; pero cuando la Promesa se cumplió, nosotros abrazamos explícitamente lo que ellos hicieron implícitamente. Por otra parte, sabían que la Revelación divina aún no estaba terminada y esperaban a Aquél que iba a Revelar la Santísima Trinidad:
“Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande. (Deu 18:18)
Él hablará las palabras de Dios, quien pedirá cuentas al que no lo escuche
“Y sucederá que a cualquiera que no oiga mis palabras que él ha de hablar en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta. (Deu 18:19).
Mt. 21, 42-44
“Jesús les respondió: ¿No habéis leído nunca en la Escritura: La piedra que rechazaron los que edificaban, vino a ser la piedra angular, esto ha sido obra del Señor, admirable a nuestros ojos? Por esto os digo que el reino de Dios se os va a quitar para dárselo a un pueblo que dé sus frutos. Todo el que caiga sobre esta piedra se estrellará y sobre quien ella caiga , quedará aplastado”
En cuanto a los judíos, no podemos olvidar que no solamente niegan la Santísima Trinidad sino que consideran una blasfemia que Jesucristo se proclamara Hijo de Dios y en el Talmud se le moteja abiertamente de mago, blasfemo y pseudo profeta. Los judíos creían, en el “Dios único, creador del cielo y la tierra”, pero antes de Cristo. Al repudiar a Éste la mayoría de ellos, seducida por sus jefes, se excluyeron del cumplimiento final y fundamental de la Revelación, que se cerró con la muerte del último Apóstol.
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Bula Cantate Domino, 1442, ex cathedra: “La sacrosanta Iglesia Romana, fundada por la palabra del Señor y Salvador nuestro, firmemente cree, profesa y predica a un solo verdadero Dios, omnipotente, inmutable y eterno, Padre, Hijo y Espíritu Santo (…) A cuantos, por consiguiente, sienten de modo diverso y contrario, [la sacrosanta Iglesia Romana] los condena, reprueba y anatematiza, y proclama que son ajenos al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia
 Lumen Gentium # 16:
“Pero el designio de salvación abarca también a los que reconocen al Creador, entre los cuales están en primer lugar LOS MUSULMANES, que, confesando adherirse a la fe de Abraham, ADORAN CON NOSOTROS A UN DIOS ÚNICO, MISERICORDIOSO, QUE JUZGARÁ A LOS HOMBRES EN EL DÍA POSTRERO.”
Los musulmanes no adoran a Jesucristo, quien es y será el supremo juez de la humanidad en el último día.  Por lo tanto, ¡ellos no adoran al Dios que juzgará a la humanidad en el día final!  es negar que Jesucristo juzgará a la humanidad en el último día.
El Papa San Dámaso I, Concilio de Roma, canon 15:
“Si alguno no dijere que ÉL [CRISTO] (…) EL CUAL HA DE VENIR A JUZGAR A LOS VIVOS Y A LOS MUERTOS, ES HEREJE.”
 Monseñor de Castro Mayer :
 “Sólo es monoteísta quien adora a la Santísima Trinidad, porque la Unidad de Dios es inseparable de la Trinidad de Personas. Es falso decir que los judíos o musulmanes son monoteístas. No lo son porque no adoran al Único Dios verdadero, que es Trino. Ellos son monólatras, o sea, que adoran un solo ídolo supremo. Ellos rechazan la adoración del verdadero Dios Trino, para inclinarse ante un ser inexistente, un ídolo. Sólo hay una religión monoteísta: es la Católica, que adora a la Santísima Trinidad”.
 “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciaren otro evangelio diferente del que os hemos predicado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si algún hombre os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gal. 1:6-9).

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