25 de febrero de 2007

Bebes con un pan bajo el brazo









Acaba de nacer...y lo ha hecho, nunca mejor dicho, con un pan, 100 euros, debajo del brazo...Su madre, trabaja fuera de casa, y desde enero ya tendrá derecho a cobrar mensualmente esta cantidad...Cómo hacerlo...cuando vaya al Registro Civil a inscribir a su bebé encontrará unos impresos que deberá rellenar y remitir a la Agencia Tributaria. Solicitud que también podrá realizar por teléfono, internet o personalemtne en las oficinas de Hacienda. Existe, además, otra opción: desgravar las doce mensualidades, 1200 euros, en su declaración...En España hay medio millón de mujeres trabajadoras con hijos menores de tres años...Todas, podrán cobrar los 100 euros independientemente de sus ingresos. Además, es compatible con cualquier otra ayuda procedente de una administración local...Un beneficio con el que ser madre y trabajar puede ser a partir de ahora más fácil. Me parece estupendo.

15 de febrero de 2007

Romance de la viuda enamorada
























Siempre pegada a tu muro y al filo de tus almenas; siempre rondando el castillo de tu amor; siempre sedienta de una sed mala y amarga de desengaño y arena.

Por que te querré tanto? Por que viniste a mi senda? Quien hizo brillar tus ojos en la noche de mi pena? Que lluvia de mal cariño quiso convertirme en hiedra, que va creciendo y creciendo pegada a tu primavera?

Ay, que montaña de amor tengo sobre mi cabeza! Ay, que río de suspiros pasa y pasa por mi lengua!

Yo estaba en mis campos hondos, allí en Castilla la Vieja durmiéndome entre molinos y coplas rubias de siega, y era mi vida una noria monótona y polvorienta. Mis hijos venían del campo, con sus camisas abiertas, y en el pulso de sus hombros reclinaba mi cabeza.

Así, un día y otro día, allí en Castilla la Vieja... Una tarde (por los nardos subía la primavera) Una tarde, vi tu sombra que venia por la senda dentro de un traje de pana, tres vueltas de faja negra y una voz dura y redonda lo mismo que una pulsera.

Buenas tardes, Hay trabajo? ~Si~ te dije toda llena de un escalofrió lento que me sacudió las venas y me quito de encima diez anos de vida muerta, bordando en mi enagua oscura una rosa dulce y tierna. ~Esta bien fueron tus gracias y, doblando la chaqueta te sentaste a mi lado en el borde de la senda.

Vive este amor de silencio y entre silencio se quema, en una angustia de horas y en un siglo de puertas. El pueblo ya lo murmura en una copla que rueda todo el día por el campo y de noche en la taberna.

Dicen que si soy viuda y sacan el muerto a cuentas; dicen que si por mis hijos me debía dar vergüenza... Dicen, tantas cosas, tantas, que las paredes se llenan de vidrios y maldiciones y hasta a veces de blasfemias.

Mi hijo el mayor (viente años, dulce y moreno), con pena me hablo esta manaña: ~Madre, ese traje no te sienta, ni esas flores, ni ese pelo, ni ese pañuelo de hierbas... Yo no me atrevi a mirarlo, y me senti muy pequeña, como si fuese mi madre la que hablandome estuviera.

Por nosotros, tu no debes vestirte de esa manera... Ay, por vosotros! Os di todo el trigo de mi era; todavía de vosotros mi cintura tiene huellas. Sangre mía que anda y vive y a mi me va haciendo vieja!

Pero es que yo no tengo derecho a querer? Que ciega ley me prohibe que al sol deje mis rosas abiertas? Y que me mire al espejo, y que me vista de fiesta, y que en mi jardin antiguo florezca la primavera? Quiero y quiero! Quiero y quiero! Están en flor mis macetas; diez ruiseñores heridos cantan amor en mis venas, y me duele la garganta y esta mi voz hecha piedra de tanto decir: "Te quiero como a ninguno quisiera!

Ay, que montaña de amor tengo sobre la cabeza! Ay, que río de suspiros pasa y pasa por mi lengua! Canten, hablen, cuenten, digan; pueblo, niños, hombres, viejas... Que yo de tanto quererle ni se si estoy viva o muerta!

Rafael de Leon

6 de febrero de 2007

El Santo Cáliz de Valencia


1. La copa o parte superior, es la que estuvo en la Mesa el Jueves Santo. Es de material de piedra Cornarina oriental. Arqueológicamente pertenece al siglo I a.C. y es del tipo que se usaba en los solemnes ágapes de la época.

2. La base o pie, de material similar a la copa pero de inferior calidad. Es una naveta posiblemente del siglo X y lleva una inscripción árabe en caracteres cúficos y que dice "Li-Lzahirati" o sea "para el que da brillo" o bien "para el que resplandece". Nudo y asas, realizados en un trabajo finísimo en oro de los siglos XII o XIII, llevando engarzados en su base, que abraza la naveta y la une al nudo, 27 perlas, 2 belages y 2 esmeraldas (una de ellas posterior por la forma en que esta tallada). --------------- ---------------- -------------

Muchos estudiosos creen que el Cenáculo –la habitación en la que tuvo lugar la Ultima Cena–, y el Santo Cáliz eran propiedad de la familia de san Marcos, el evangelista, que hizo de intérprete de san Pedro en Roma. San Marcos y san Pedro vivían en relación estrecha y parece tener sentido que san Marcos diera la Santa Copa a san Pedro, por la simple razón de que era muy importante para los primeros cristianos usar reliquias en la liturgia, y Pedro era la cabeza de la Iglesia.
Después de Pentecostés, los Apóstoles se esparcieron por el orbe cumpliendo el mandato de "Ir y predicar a las gentes", quedando en Jerusalén conservado por la Santísima Virgen. Posteriormente, al celebrarse la Ascensión de María a los Cielos, seria trasladado a Roma por San Pedro y en el celebraron la misa los primeros Papas hasta el año 261 d.C. en que es martirizado, bajo la persecución de Valeriano, el Papa Sixto II; que antes de morir confió la copa a su tesorero y diácono, san Lorenzo, quien también fue martirizado no sin que antes enviara a su ciudad natal el Cáliz de la Eucaristía acompañado de una carta suya.

Transcurrieron, pues, dos siglos y medio en los que existen claros indicios de que el cáliz fue utilizado por los pontífices para celebrar la Eucaristía.
Según ha indicado Antuñano, «lo que más impresiona al investigador es que el canon litúrgico romano de los primeros Papas, en el momento de la consagración, decía textualmente: "tomando este glorioso cáliz", refiriéndose a "este" solamente».

La copa permaneció en Huesca hasta la invasión musulmana. El obispo de la ciudad, Audeberto abandonó con el Santo Caliz su tierra en el 713 para refugiarse en la cueva del monte Pano donde vivía el ermitaño Juan de Atarés; lugar en el que posteriormente se fundó y se desarrolló el monasterio de San Juan de la Peña.

La presencia del Santo Caliz en San Juan de la Peña está testificada por un documento del 14 de diciembre de 1134. El 26 de septiembre de 1399 el Cáliz pasó a ser custodiado en Zaragoza, a petición del rey de Aragón, don Martín el Humano. En el texto de entrega, que se conserva en Barcelona, se hace constar que el Santo Cáliz fue remitido desde Roma con una carta de San Lorenzo. Durante el reinado de don Alfonso el Magnánimo la reliquia fue trasladada a Valencia. Desde el 18 de marzo de 1437 se conserva en la catedral de esa ciudad, según un documento en el que se refiere al «Cáliz en que Jesucristo consagró la sangre el jueves de la Cena».

Esta antiquísima tradición se apoya en muchos factores: el canon romano de la Misa, el hecho de que la copa no se menciona en Roma hasta el siglo III, varios documentos, y la presencia tradicional e histórica del Santo Cáliz en España.